La asombrosa Yucatán bien merece un viaje en exclusiva para conocerla, y es que sus joyas arqueológicas y naturales parece que nunca se acaban. Siempre encontraremos un motivo para volver, seducidos por el encanto de sus playas, por el olor y sabor de su suculenta gastronomía, por la majestuosidad de sus templos mayas o por su acogedor ambiente y hospitalidad, siempre dispuestos a recibir a un turismo que durante todo el año dispone de un clima cálido y unas temperaturas que invitan a vivir las vacaciones.
La región de Yucatán tiene en su territorio algunos de los lugares más visitados de México, imprescindibles a todas luces como Chichén Itzá, Mérida, la ruta de los cenotes, o los yacimientos arqueológicos de Dzibilchaltún, Mayapán, Ek Balam (El Jaguar Negro), Labná o Uxmal.
Partiendo de Mérida como centro estratégico hay numerosas rutas temáticas a nuestro alcance, como la ruta de los cenotes, o el itinerario por las haciendas de Henequén, además de los conventos. Todas ellas cubren territorios al sur de Mérida y es conveniente hacerlas en como mínimo dos días para disfrutar de cada lugar con calma.
Las antiguas haciendas henequeneras van siendo recuperadas después de décadas de abandono, caídas en el olvido tras el colapso de la industria de la fibra de Henequén provocado por las fibras sintéticas como el plástico. Convertidas en museos y hoteles su recuperación impulsa el desarrollo turístico de Yucatán al mismo tiempo que acerca un pasado muy cercano en el que el enorme crecimiento económico de la zona fue producido por haciendas de Henequén como las de Santa Rosa de Lima, Temozón, San Pedro Ochil o San José Cholul:, que confeccionaban materiales para todo el mundo,